lunes, 3 de diciembre de 2007

Qué será?

Cristina Fernandez, presidente electa, asumira el 10 de diciembre su cargo, que sera cedido como el "control remoto" nada mas ni nada menos que por su marido, Nestor Kirchner. La actual primera dama anuncio la semana pasada un acuerdo para lograr tener una canasta navideña acorde al poder adquisitivo de la gente. Pero no obstante cuando uno decide recorrer el supermercado de su barrio ve que para poder comprar esa canasta navideña "acordada" hay que tener una linea directa con Papa Noel... y sino ¡¡ a dormir!!

Venezuela le dijo NO a Chavez


Venezuela le respondio "NO" al Presidente Hugo Chavez, en el referendo que ayer se celebro en este pais para realizar una reforma constitucional, que entre otros poderes le daba a Chavez la posibilidad de ser elegido indefinidamente. El primer mandatario venezolano reconocio su derrota anoche aconsejando a sus adversarios que sepan administrar su victoria.

El referéndum se dividió en dos bloques: el bloque A de la reforma, que incluía la reelección indefinida del presidente y el fortalecimiento de sus poderes, fue rechazada con 50,70% de los votos contra 49,29% por el Sí). El bloque B, que incluía la posibilidad de crear una Confederación de repúblicas, fue rechazada con 51,05% de los votos contra 48,94%. La abstención fue de 44,11%, según el CNE.

Poco despues de terminado el referendo, los adherentes al "NO" colmaron las calles de Caracas y festejaron la derrota de Chavez.

Lanús Campeón!


El equipo de Cabrero consiguió ayer la cima del campeonato, con un empate en la Bombonera, que lo alejó de su escolta, Tigre, y lo llevó a esta histórica consagración.

Los diarios más importantes del mundo plasmaron en sus portales la primer consagración de Lanús en su historia. Los elogios no pararon de expresarse en cada uno de los periódicos, marcando al "Granate" como un equipo que es el resultado de años de trabajo bien hecho.

El sur de Buenos Aires se desperto hoy con sabor a victoria, Lanús luego de 92 años de vida se consagró campeón del Torneo Apertura 2007.

sábado, 21 de julio de 2007

Por la memoria de Fontanarrosa


"Puto el que lee esto" - anónimo"Por una sola cosa un lector continúa leyendo. Porque quiere saber cómo termina la historia" - John Irving


Murió el negro Fontanarrosa… Es un día triste… pero el mejor homenaje para él no es un minuto de silencio sino una hora de carcajadas… lean y disfruten el genio de un genio…


Roberto Fontanarrosa"Palabras iniciales"

"Puto el que lee esto."Nunca encontré una frase mejor para comenzar un relato. Nunca, lo juro por mi madre que se caiga muerta. Y no la escribió Joyce, ni Faulkner, ni Jean-Paul Sartre, ni Tennessee Williams, ni el pelotudo de Góngora. Lo leí en un baño público en una estación de servicio de la ruta. Eso es literatura. Eso es desafiar al lector y comprometerlo. Si el tipo que escribió eso, seguramente mientras cagaba, con un cortaplumas sobre la puerta del baño, hubiera decidido continuar con su relato, ahí me hubiese tenido a mí como lector consecuente. Eso es un escritor. Pum y a la cabeza. Palo y a la bolsa. El tipo no era, por cierto, un genuflexo dulzón ni un demagogo. "Puto el que lee esto", y a otra cosa. Si te gusta bien y si no también, a otra cosa, mariposa. Hacete cargo y si no, jodete. Hablan de aquel famoso comienzo de Cien años de soledad, la novelita rococó del gran Gabo. "Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento..." Mierda. Mierda pura. Esto que yo cuento, que encontré en un baño público, es muy superior y no pertenece seguramente a nadie salido de un taller literario o de un cenáculo de escritores pajeros que se la pasan hablando de Ross MacDonald. Ojalá se me hubiese ocurrido a mí un comienzo semejante. Ése es el golpe que necesita un lector para quedar inmovilizado. Un buen patadón en los huevos que le quite el aliento y lo paralice. Ahí tenés, escapate ahora, dejá el libro y abandoname si podés. No me muevo bajo la influencia de consejos de maricones como Joyce o el inútil de Tolstoi. Yo sigo la línea marcada por un grande, Carlos Monzón, el fantástico campeón de los medio medianos. Pumba y a la lona. Paf... el piñazo en medio de la jeta y hombre al suelo. Carlitos lo decía claramente, con esa forma tan clara que tenía para hablar: "Para mí el rival es un tipo que le quiere sacar el pan de la boca a mis hijos". Y a un hijo de puta que pretenda eso hay que matarlo, estoy de acuerdo. El lector no es mi amigo. El lector es alguien que le debe comprar el pan a mis hijos leyendo mis libros. Así de simple. Todo lo demás es cartón pintado. Entonces no se puede admitir que alguien comience a leer un libro escrito por uno y lo abandone. O que lo hojee en una librería, lea el comienzo, lo cierre y se vaya como el más perfecto de los cobardes. Allí tiene que quedar atrapado, preso, pegoteado. "Puto el que lee esto." Que sienta un golpe en el pecho y se dé por aludido, si tiene dignidad y algo de virilidad en los cojones. "Es un golpe bajo", diría algún crítico amanerado, de ésos que gustan de Graham Greene o Kundera, de los que se masturban con Marguerite Yourcenar, de los que leen Paris Review y están suscriptos a Le Monde Diplomatique. ¡Sí, señor —les contesto—, es un golpe bajo! Y voy a pegarles uno, cien, mil golpes bajos, para que me presten atención de una vez por todas. Hay millones de libros en los estantes, es increíble la cantidad alucinante de pelotudos que escriben hoy por hoy en el mundo y que se suman a los que ya han escrito y escribirán. Y los que han muerto, los cementerios están repletos de literatos. No se contentan con haber saturado sus épocas con sus cuentos, ensayos y novelas, no. Todos aspiraron a la posteridad, todos querían la gloria inmortal, todos nos dejaron los millones de libros repulsivos, polvorientos, descuajeringados, rotosos, encuadernados en telas apolilladas, con punteras de cuero, que aún joden y joden en los estantes de las librerías. Nadie decidió, modesto, incinerarse con sus escritos. Decir "me voy con rumbo a la quinta del Ñato y me llevo conmigo todo lo que escribí, no los molesto más con mi producción", no. Ahí están los libros de Molière, de Cervantes, de Mallea, de Corín Tellado, jodiendo, rompiendo las pelotas todavía en las mesas de saldos. Sabios eran los faraones que se enterraban con todo lo que tenían: sus perros, sus esposas, sus caballos, sus joyas, sus armas, sus pergaminos llenos de dibujos pelotudos, todo. Igual ejemplo deberían seguir los escritores cuando emprenden el camino hacia las dos dimensiones, a mirar los rabanitos desde abajo, otra buena frase por cierto. "Me voy, me muero, cagué la fruna —podría ser el postrer anhelo—. Que entierren conmigo mis escritos, mis apuntes, mis poemas, que total yo no estaré allí cuando alguien los recite en voz alta al final de una cena en los boliches." Que los quemen, qué tanto. Es lo que voy a hacer yo, téngalo por seguro, señor lector. Millones de libros, entonces, de escritores importantes y sesudos, de mediocres, tontos y banales, de señoras al pedo que decidían escribir sus consejos para cocinar, para hacer punto cruz, para enseñar cómo forrar una lata de bizcochos. Pelotudos mayores que dedicaron toda su vida, toda, al estudio exhaustivo de la vida de los caracoles, de los mamboretás, de los canguros, de los caballos enanos. Pensadores que creyeron que no podían abandonar este mundo sin dejar a las generaciones futuras su mensaje de luz y de esclarecimiento. Mecánicos dentales que supusieron urgente plasmar en un libro el porqué de la vital adhesividad de la pasta para las encías, señoras evolucionadas que pensaron que los niños no podrían llegar a desarrollarse sin leer cómo el gnomo Pirlimplín vive en una estrella que cuelga de un sicomoro, historiadores que entienden imprescindible comunicar al mundo que el duque de La Rochefoucauld se hacía lavativas estomacales con agua alcanforada tres veces por día para aflojar el vientre, biólogos que se adentran tenazmente en la insondable vida del gusano de seda peruano, que cuando te descuidás te la agarra con la mano. Allí, a ese mar de palabras, adjetivos, verbos y ditirambos, señores, hay que lanzar el nuevo libro, el nuevo relato, la nueva novela que hemos escrito desde los redaños mismos de nuestros riñones. Allí, a ese interminable mar de volúmenes flacos y gordos, altos y bajos, duros y blandos, hay que arrojar el propio, esperando que sobreviva. Un naufragio de millones y millones de víctimas, manoteando desesperadamente en el oleaje, tratando de atraer la atención del lector desaprensivo, bobo, tarado, que gira en torno a una mesa de saldos o novedades con paso tardo, distraído, pasando apenas la yema de sus dedos innobles sobre la cubierta de los libros, cautivado aquí y allá por una tapa más luminosa, un título más acertado, una faja más prometedora. Finge. El lector finge. Finge erudición y, quizás, interés. Está atento, si es hombre, a la minita que en la mesa vecina hojea frívolamente el último best-séller, a la señora todavía pulposa que parece abismarse en una novedad de autoayuda. Si es mujer, a la faja con el comentario elogioso del gurú de turno. Si es niño, a la musiquita maricona que despide el libro apenas lo abre con sus deditos de enano. Y el libro está solo, feroz y despiadadamente solo entre los tres millones de libros que compiten con él para venderse. Sabe, con la sabiduría que le da la palabra escrita, que su tiempo es muy corto. Una semana, tal vez. Dos, con suerte. Después, si su reclamo no fue atractivo, si su oferta no resultó seductora, saldrá de la mesa exclusiva de las novedades VIP diríamos, para aterrizar en algún exhibidor alternativo, luego en algún estante olvidado, después en una mesa de saldos y por último, en el húmedo y oscuro depósito de la librería, nicho final para el intento fracasado. Ya vienen otros —le advierten— vendete bien que ya vienen otros a reemplazarte, a sacarte del lugar, a empujarte hacia el filo de la mesa para que te caigas y te hagas mierda contra el piso alfombrado. No desaparecerá tu libro, sin embargo, no, tenelo por seguro. Sea como fuere, es un símbolo de la cultura, un ícono de la erudición, vale por mil alpargatas, tiene mayor peso específico que una empanada, una corbata o una licuadora. Irá, eso sí, con otros millones, al depósito oscuro y maloliente de la librería. No te extrañe incluso que vuelva un día, como el hijo pródigo, a la misma editorial donde lo hicieron, y quede allí, al igual que esos residuos radioactivos que deben pasar una eternidad bajo tierra, encerrados en cilindros de baquelita, teflón y plastilina para que no contaminen el ambiente, hasta que puedan convertirse en abono para las macetas de las casas solariegas. De última, reaparecerá de nuevo, Lázaro impreso, en la mano de algún boliviano indocumentado, junto a otros dos libros y una birome, como oferta por única vez y en carácter de exclusividad, a bordo de un ómnibus de línea o un tren suburbano, todo por el irrisorio precio de un peso. Entonces, caballeros, no esperen de mí una lucha limpia. No la esperen. Les voy a pegar abajo, mis amigos, debajo del cinturón, justo a los huevos, les voy a meter los dedos en los ojos y les voy a rozar con mi cabeza la herida abierta de la ceja. "Puto el que lee esto."John Irving es una mentira, pero al menos no juega a ser repugnante como Bukowski ni atildadamente pederasta como James Baldwin. Y dice algo interesante uno de sus personajes por ahí, creo que en El mundo según Garp: "Por una sola cosa un lector continúa leyendo. Porque quiere saber cómo termina la historia". Buena, John, me gusta eso. Te están contando algo, querido lector, de eso se trata. Tu amigo Chiquito te está contando, por ejemplo en el club, cómo al imbécil de Ernesto le rompieron el culo a patadas cuando se puso pesado con la mujer de Rodríguez. Vos te tenés que ir, porque tenés que trabajar, porque dejaste la comida en el horno, o el auto mal estacionado, o porque tu propia mujer te va a armar un quilombo de órdago si de nuevo llegás tarde como la vez pasada. Pero te quedás, carajo. Te quedás porque si hay algo que tiene de bueno el sorete de Chiquito es que cuenta bien, cuenta como los dioses y ahora te está explicando cómo el boludo de Ernesto le rozaba las tetas a la mujer de Rodríguez cada vez que se inclinaba a servirle vino y él pensaba que Rodríguez no lo veía. No te podés ir a tu casa antes de que Chiquito termine con su relato, entendelo. Mirás el reloj como buen dominado que sos, le pedís a Chiquito que la haga corta, calculás que ya te habrá llevado el auto la grúa, que ya se te habrá carbonizado la comida en el horno, pero te quedás ahí porque querés eso que el maricón de John Irving decía con tanta gracia: querés saber cómo termina la historia, querido, eso querés. Entonces yo, que soy un literato, que he leído a más de un clásico, que he publicado más de tres libros, que escribo desde el fondo mismo de las pelotas, que me desgarro en cada narración, que estudio concienzudamente cómo se escribe y cómo se lee, que me he quemado las pestañas releyendo a Ezra Pound, que puedo puntuar de memoria y con los ojos cerrados y en la oscuridad más pura un texto de setenta y ocho mil caracteres, que puedo dictaminar sin vacilación alguna cuándo me enfrento con un sujeto o con un predicado, yo, señores, premio Cinta de Plata 1989 al relato costumbrista, pese a todo, debo compartir cartel francés con cualquier boludo. Mi libro tendrá, como cualquier hijo de vecino, que zambullirse en las mesas de novedades junto a otros millones y millones de pares, junto al tratado ilustrado de cómo cultivar la calabaza y al horóscopo coreano de Sabrina Pérez, junto a las cien advertencias gastronómicas indispensables de Titina della Poronga y las memorias del actor iletrado que no puede hacer la O ni con el culo de un vaso, pero que se las contó a un periodista que le hace las veces de ghost writer. Y no estaré allí yo para ayudarlo, para decirle al lector pelotudo que recorre con su vista las cubiertas con un gesto de desdén obtuso en su carita: "Éste es el libro. Éste es el libro que debe comprar usted para que cambie su vida, caballero, para que se le abra el intelecto como una sandía, para que se ilustre, para que mejore su aliento de origen bucal, estimule su apetito sexual y se encame esta misma noche con esa potra soñada que nunca le ha dado bola". Y allí estará la frase, la que vale, la que pega. El derechazo letal del negro Monzón en el entrecejo mismo del tano petulante, el trompadón insigne que sacude la cabeza hacia atrás y hacia adelante como perrito de taxi y un montón de gotitas de sudor, de agua y desinfectante que se desprende del bocho de ese gringo que se cae como si lo hubiese reventado un rayo. "Puto el que lee esto." Aunque después el relato sea un cuentito de burros maricones como el de Platero y yo, con el ángelus que impregna todo de un color malva plañidero. Aunque la novela después sea la historia de un seminarista que vuelve del convento. Aunque el volumen sea después un recetario de cocina que incluya alimentos macrobióticos. No esperen, de mí, ética alguna. Sólo puedo prometerles, como el gran estadista, sangre, sudor y lágrimas en mis escritos. El apetito por más y la ansiedad por saber qué es lo que va a pasar. Porque digo que es puto el que lee esto y lo sostengo. Y paso a contarles por qué lo afirmo, por qué tengo autoridad para decirlo y por qué conozco tanto sobre su intimidad, amigo lector, mucho más de lo que usted nunca hubiese temido imaginar. Sí, a usted le digo. Al que sostiene este libro ahora y aquí, el que está temiendo, en suma, aparecer en el renglón siguiente con nombre y apellido. Nombre y apellido. Con todas las letras y hasta con el apodo. A usted le digo.

"Han pasado esos tiempos. El futuro es nuestro, por prepotencia de trabajo. Crearemos nuestra literatura, no conversando continuamente de literatura, sino escribiendo en orgullosa soledad libros que encierran la violencia de un "cross" a la mandíbula. Sí, un libro tras otro, y que los eunucos bufen." - Roberto Arlt

"¿Por qué los hijos de puta son tan longevos?- Joaquín Sabina

"La muerte es un momento, la vida muchos" - Tennessee Williams

"Quiso ser eterno… y fue técnico electricista"

"Dios creó el infinito. Y se olvidó de terminarlo"

"El ocio es la madre de todos los vicios. Pero es una madre, y hay que respetarla"

"Si la quietud invade tu espíritu, consulta al sabio. Si invade tus piernas, consulta al médico"

"Difícil es explicar un terremoto al espástico"

"La sospecha es prima de la suspicacia, tía de la ofensa y amiga de una amiga de la calumnia"

"No basta la buena voluntad si intentas apagar el fuego con gasolina"

"El hombre probo y pío es mitad santo y mitad pollito"

"Para el sabio no existe la riqueza. Para el virtuoso no existe el poder. Y para el poderoso no existen ni el sabio ni el virtuoso"

"Tengo dos problemas para jugar al fútbol. Uno es la pierna izquierda. El otro es la pierna derecha."

"De mí se dirá posiblemente que soy un escritor cómico, a lo sumo. Y será cierto. No me interesa demasiado la definición que se haga de mí. No aspiro al Nobel de Literatura. Yo me doy por muy bien pagado cuando alguien se me acerca y me dice: me cagué de risa con tu libro." - Roberto Fontanarrosa

viernes, 13 de julio de 2007

John por Darfut


Reconocidos artistas se han reunido para crear conocimiento del trabajo de Amnistía Internacional en el conflicto de Darfut donde millones de personas han muerto por la violencia y las enfermedades en los últimos 4 años.
Y para eso, y con el permiso de Yoko Ono,han revivido canciones de la intimidad de John Lennon y estos músicos actuales han reinterpretado su música, que en muchos casos acompaño la juventud de miles de personas.
Entre los destacados artistas se encuentran U2, R.E.M, Christina Aguilera, Lenny Kravitz, Aerosmith, Avril Lavigne, Green Day, entre otros reconocidos artistas.
Este disco que salio a la venta el 12 de junio, editado por Warner Bros y Wea, cuenta con 2 discos y esta cosechando en este mes de ventas las mejores criticas del mercado.

Selección Argentina - Copa América 2007


Hablar del presente de la Selección Argentina es alejarse totalmente de los mundiales pasados, de los equipos pasado, y pensar solo en este equipo que con jugadores estrellas y talento, llego a la final de la Copa América Venezuela 2007.
El equipo del Coco Basile se medirá el domingo ante su par brasileño, en la disputa de este campeonato que deja en la mayoría de los hinchas de la Selección un gusto a victoria, porque Argentina gano todos los partidos y porque mas allá de algunas fallas mostró un buen juego y excelentes sociedades que deslumbran a millones de personas.
Ya hay que dejar de hablar de que Riquelme es lento, de quien convoca Basile, de que hace bien y que mal cada uno de los jugadores, hay que darle tiempo, respetar, y disfrutar de un magnifico fútbol que esta vez es argentino.

martes, 10 de julio de 2007

Justicia, presión y poder





¿Qué significa hablar de Justicia? Justicia es la virtud que nos hace dar a cada uno lo que le pertenece; justicia es derecho, razón y equidad. Y cuando hablamos de justicia inevitablemente pensamos en claridad, en verdad, en democracia, en procesos limpios en los cuales se juzgue a las virtuales personas o acciones involucradas por su verdadera intervención en el hecho a juzgar y no por el capital que cada uno posee en su haber.
Cuando se pide justicia, se pide por hechos que son necesarios esclarecer, por hacer cumplir los derechos básicos, por creer en las instituciones de la democracia, pero desde hace mas de 20 años en nuestro país hablar de justicia es hablar de ineficiencia porque como tantas veces se dice “la Justicia sin inmediatez no es justicia”, y el Poder Judicial de la Nación esta atravesando por una realidad en la que los procesos judiciales se hacen eternos y muchas veces quedan inconclusos y es en esta realidad en que se puede hablar de una total crisis en el sistema judicial argentino.
Este conflicto conduce a un malestar social, que produce una total ausencia de la seguridad jurídica y por lo tanto general, elementos fundamentales para un verdadero desarrollo económico y social.
El malestar social con la Justicia es el producto de incalculables peticiones insatisfechas que a su vez se encuentran con una crisis estructural en la base del país y de cada uno de los organismos públicos dependientes del gobierno, que convierten la situación en crítica. La incapacidad de la Justicia para satisfacer las demandas se potencia por la incapacidad de los responsables en lograr revertir la situación.
El exceso de trabajo, la congestión, la deficiente administración, y también una cultura y tradiciones anticuadas sumadas a las disminuidas capacidades de investigación y prevención de las fuerzas de seguridad y los problemas de superpoblación carcelaria son en rigor de verdad los principales hechos que generan que la crisis judicial sea cada vez más aguda.
Una de las bases de la justicia, y de la actuación de los jueces que los distingue de los demás funcionarios públicos es la absoluta necesidad de su independencia y de su imparcialidad.
En el foro sobre la “Crisis de la Justicia”, la doctora Aida Kemelmajer De Carlucci, miembro de la Corte Suprema de Mendoza, especialista en Derecho Civil, decía “… Después de la incorporación del Consejo de la Magistratura, la creación del Juri de enjuiciamiento en el orden federal, de instituciones que ya teníamos en las provincias, la figura del Poder Ejecutivo y la presión que ejerce sobre los jueces puede estar un poco disminuida. Pero esa presión sigue existiendo. Si es cierto lo que expresan los diarios, creo que el ejemplo más paradigmático de lo que estoy diciendo es porque un juez que puede tener una causa, quizá la más importante de los últimos tiempos en la justicia argentina, como es el descubrimiento de los autores del atentado a la AMIA, ha silenciado que funcionarios del Poder Ejecutivo del actual y del anterior gobierno, a su vez han destruido pruebas, o si no las han destruido han silenciado que otros lo han hecho, no han procesado ni han investigado a los funcionarios que teóricamente habrían cometido estas conductas. Entonces quiero decir que la sombra del Poder Ejecutivo siempre está sobre el Poder Judicial, aún cuando el juez sea totalmente independiente…”, a lo cual agrega “…El Poder Legislativo también ejerce influencias, a veces hasta por omisión. Quizá el ejemplo de lo que estoy diciendo pueda ser el problema que tienen todas las provincias argentinas respecto del recorte salarial: muchos jueces han dispuesto medidas cautelares en contra de los Ejecutivos sosteniendo que no se pueden hacer estos recortes, invocando que son facultades del Legislativo, y el Legislativo mira para otro lado, no dice nada, no dice ni sí ni no, no ratifica los decretos convalidando lo que puede haber echo el Ejecutivo. Entonces el Legislativo, incluso a veces hasta por omisión, también lanza este manto que el atribulado juez recibe…”
De Carlucci, que fue señalada muchas veces como futura integrante de la Corte Suprema, señala que los poderes que ejercen presión sobre el judicial no son solo políticos sino también poderes económicos: “Esto se visualiza muy claramente con la conducta que a veces desde altas magistraturas se tiene con empresas que son las que mayores ganancias tienen y se convalidan leyes que las eximen del pago de impuestos.”
Es con este testimonio con el que se puede comenzar a entender porque la justicia argentina funciona de la manera en que lo hace, porque los procesos son tan largos, y porque la mayoría de los casos quedan sin encontrar justicia.
La República Argentina cuenta con un sistema de separación de poderes en el cual podemos distinguir el Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo y el Poder Judicial, en la base de un Estado Democrático, evidentemente la relación de uno con otro es estrecha y hasta por momentos abusiva, y es en esta relación de poderes en que la Justicia comienza a tener sus principales quiebres en su libertad de actuar.
Como bien señala la doctora De Carlucci, son muchos los casos en los que miembros de los gobiernos pasados y también del actual están involucrados, para señalar los mas relevantes deberíamos mencionar el caso AMIA, el caso de coimas en el Senado de la Nación, la venta de armas, etc.
Pero hablar del actual gobierno en términos de justicia es hablar de presiones constantes, tanto del presidente Néstor Kirchner como de sus miembros de gabinete. En reiteradas ocasiones han solicitado a los jueces que intervienen en las causas por violaciones a los derechos humanos durante la ultima Dictadura Militar que realicen un rápido accionar en la resolución de estos casos, y que aceleren los interrogatorios para dar un rápido final a estas causas, prohibiendo también a los integrantes de las Fuerzas Armadas y de seguridad ampararse en el secreto de Estado ante la Justicia. En el mes de enero cuando el Presidente acompañado por la ministra de Defensa, Nilda Garré, firmaron este decreto en el que se exime de ampararse en el secreto de Estado a los integrantes de las fuerzas de seguridad, la ministra decía: “es una medida histórica que demuestra el compromiso del Presidente en la lucha contra toda forma de impunidad”. Pero los objetivos parecen cambiar con el correr de los meses, o solo los casos que mediáticamente favorecen al gobierno nacional son los que deben solucionarse, porque pasado un tiempo comienza a investigarse el presunto pago de sobornos a funcionarios del gobierno de Kirchner en el llamado “caso Skanska”, y es quizás cuando se toca el honor de los miembros del Gabinete presidencial cuando el Poder Judicial comienza a ser un organismo custodiado y asediado por las presiones y las amenazas. Cuando el Juez Javier López Biscayart comenzó a investigar los supuestos sobornos cobrados por los funcionarios públicos, el ministro del Interior, Aníbal Fernández, denunció ante el Consejo de la Magistratura a López Biscayart, y pidió su juicio político.
Nunca se había llegado tan lejos con las presiones a los jueces; el pedido de juicio político por parte del Gobierno de un juez que investiga la honestidad de funcionarios del propio gobierno batió cualquier récord, y movilizo las aguas de los ríos más tranquilos.
Esta decisión de presionar a López Biscayart no es solo una decisión del ministro del Interior, es una decisión que roza desde cerca la figura del Presidente, y se trata por lo tanto de una decisión política del Gobierno.
La tendencia del Gobierno a presionar sobre jueces que investigan causas que afectan al Poder Ejecutivo debería convocar la reacción de un amplio sector político contrario a los ideales de la actual administración del Estado. Además, no se trata sólo del juez López Biscayart; también está la Cámara de Casación, que debe decidir sobre la situación del preso que mencionó posibles sobornos en el mencionado “caso Skanska”.
Hace unos días, se ha conocido la noticia de que, en lo que va de este año, el Tribunal de Cuentas de la Provincia ha impuesto multas a 47 funcionarios de distintos estamentos del Gobierno provincial que caen bajo su control, por mal uso de los recursos públicos de que deben disponer para el funcionamiento de las reparticiones a su cargo. Desde ministros hasta funcionarios de carrera que juegan un papel en el manejo de fondos, pasando por otros que ocupan cargos de los denominados políticos, han sido observados por el Tribunal y han debido hacerse cargo de pagar multas o, directamente, devolver fondos faltantes por gastos de los cuales no hay debida justificación.
A todo lo expuesto, debe sumarse lo que ahora investiga la Justicia en torno de la presunta mala asignación de los tickets Vale Más, destinados por el Gobierno para la ayuda a los más pobres y que se presume que en parte fueron desviados hacia personas que no los necesitan. Hasta se indica que pudieron salir partidas con numeración duplicada que finalmente debieron ser redimidos por el Estado. Las sumas presuntamente malversadas no son menores, ya que se habla de centenares de miles y hasta millones desviados de su objetivo original de auxiliar a los pobres.
El caso Skanska y también estos recientes casos de malversación de fondos, seguramente quedaran archivados en algún Tribunal, simplemente porque afectan la figura de un Gobierno que no se cansa de imponer ideas autoritarias y de abusar de un poder que el pueblo les ha dado para administrar y no para dominar ningún poder, tampoco el Poder Judicial.
Es quizás, la falta de información o el desinterés del común de las personas lo que lleva a que este tipo de casos dejen de estar en el tapete de todas las noticias, y queden encajonadas en las amplias oficinas del Poder Judicial de la Nación.
La doctora De Carlucci señala también que: “El problema de la Justicia argentina es que no cumple con la Convención Interamericana de los derechos humanos que dice que toda persona tiene derecho a que su causa se resuelva en un tiempo razonable. El día que entendamos que el tiempo es la vida de la gente, lograremos recuperar parte del prestigio que hemos perdido en la sociedad”.
Y es acertado lo que señala De Carlucci, el principal problema de la justicia argentina es la demora que tiene cada una de las causas, lo que provoca que muchas victimas de delitos o de situaciones que deberían llegar a la justicia pasen inadvertidas en la sociedad simplemente por el hecho de que el ciudadano argentino promedio no cree en el Poder Judicial. Siempre se señala la insatisfacción con los jueces, las amistades con los magistrados que en muchos casos sirve de excusa necesaria para que las imputaciones judiciales pasen muy lejos de los Tribunales.
Desde hace años el Poder Judicial fue integrado por distintos niveles, jueces de la primera jerarquía de la Corte Suprema, luego Cámaras, etc. Con el transcurso del tiempo empezaron los graves problemas a partir de una justicia lenta, ineficiente, cárceles saturadas de presos esperando sentencia, cantidades numerosas de personas que no pueden acceder a los estrados judiciales, y este esquema tradicional apto para atender el paso de la sociedad tradicional a una de masas empezó a hacer agua y los remedios fueron paliativos aumentando la cantidad de jueces y alguna tímida reforma en los códigos, en particular en los procésales, porque datan salvo el Penal del siglo antepasado.
La recuperación de la democracia en la década del 80, tanto en la Argentina como en los demás países de la región trajo la esperanza de que los regímenes basados en la desigualdad pudieran superar la pobreza, la desigualdad, las dificultades sociales. El tiempo ha transcurrido y la pobreza ha aumentado, la marginación también, aumentó la desigualdad y esto ha traído como consecuencia una muy fuerte deslegitimación, tanto de los distintos actores políticos como de las instituciones. Corrupción, clientelismo, una marcada ineficiencia de los recursos públicos, pero lo cierto es que cunde en la sociedad un muy fuerte desencanto y esto paradójicamente ha traído la irrupción de este nuevo actor, porque ya no se trata de que se le reclame al juez para que se le reconozca derechos, los derechos se encuentran hoy en día generosamente reconocidos en una gran cantidad de pactos, tratados, y leyes, lo que se demanda a los jueces es su vigencia, su cumplimiento. También se les pide a los jueces acerca del control de los actos de gobierno, la constitucionalidad o legalidad de sus decisiones, se les reclama a los jueces la corrupción, que persigan el enriquecimiento ilícito de los funcionarios. El aparato judicial argentino no estaba preparado para absorber esta demanda, y no estaba preparado porque muchas voces reclaman justicia: la pobreza exige justicia, la desigualdad exige justicia, la impunidad reclama justicia y el desarrollo económico y social también reclama una justicia eficiente.
Por otra parte, Ricardo Gil Lavedra , ministro de Justicia durante la presidencia de Fernando De La Rúa y camarista en el juicio a los ex comandantes, señala que “hasta el presente el poder judicial ha tenido un rol relativamente insignificante en la vida institucional, seguramente una dependencia exagerada del Poder Ejecutivo, una gran actuación de aquellas cuestiones políticas no justiciables que llevaron a que la Corte Suprema ejerciera un control de constitucionalidad muy débil, la conformación de un poder judicial burócrata, casi corporativo, en los últimos años la idea de un juez aséptico, casi eunuco, cuya única misión era aplicar las leyes, no importara que fuera un gobierno democrático o de facto, el juez era una especie de técnico encerrado en una cápsula de cristal y en estas circunstancias a la vez de que se demanda por la justicia, también sufre o padece el descreimiento público”.
Es justamente esta dependencia exagerada que señala Gil Lavedra lo que paraliza al Poder Judicial, por lo cual se necesita un Poder Judicial suficientemente autónomo y dotado de autoridad y capacidad para diversos aspectos de la vida democrática, y para la legitimación de la democracia es importante que la justicia llegue a la gente común, que ellos sientan que con la democratización su relación con el Poder Judicial ha cambiando en numerosos aspectos que tienen que ver con su vida cotidiana.
Existen dos grandes déficits de la justicia. Por un lado el déficit institucional vinculado principalmente con la estrecha relación de los jueces con el Poder, es decir la falta de independencia, por supuesto que un juez debe ser autónomo, por la propia índole de sus funciones y tradicionalmente los jueces tienen dos grandes tareas: resolver conflictos individuales y otra tarea más compleja y polémica que es la de controlar la constitucionalidad de los actos de los otros poderes, para esta tarea deben gozar de cierta autonomía e independencia que hacen a la imparcialidad para poder redimirlos.
En este sentido las fuertes sospechas y las malas políticas de los gobiernos para tratar de influir en las decisiones judiciales, a llegado a la idea de que la gente sienta que hay una muy fuerte dependencia judicial.
El ex ministro de justicia de Fernando De La Rúa, Ricardo Gil Lavedra, dice que el camino para solucionar este déficit está abierto, y que no hay otra manera de solucionarlo que poder tener buenos jueces, y ¿ cómo se tienen buenos jueces? asegurando criterios de designación correctos en base a criterios objetivos, selecciones eficaces en base a sus méritos tratando de eliminar el clientelismo político en sus designaciones; remover a los malos jueces de una manera eficiente, clara y transparente; y capacitarlos si queremos tener buenos jueces.
El segundo gran déficit es el que se vincula con la eficiencia de la justicia. Una justicia que es lenta, que no resuelve las cosas, y el centro de la cuestión es el acceso a la justicia de los sectores de menores recursos: el gran desafío pendiente de las administraciones gubernamentales.
Gil Lavedra comenta al respecto: “Yo creo que no es eficiente la justicia. En los últimos diez años, Argentina ha casi duplicado su presupuesto en justicia: 1.300 millones en el año 1991 en todo el país, a 2.500 millones, 2.700 millones en realidad, en el año 2000. ¿Esto se ha traducido en una mejora apreciable o se han reproducido los viejos organismos, nombrando las mismas estructuras judiciales? Argentina tiene en su incidencia dentro de su producto bruto 0,94% de gasto judicial, esto comparado con otros países de la región es muchísimo: tiene en este momento 0,17% Chile, 0,36% Uruguay, un poco más Colombia, y no voy a hablar de países desarrollados, España tiene 0,26%, pero acá puede haber un piso del gasto a partir del cual las diferencias no sean las mismas. Esto se produce porque resta mucho por hacer para tratar de hacer más eficiente el servicio de justicia”.
Así como señalamos a la justicia como un poder, debemos tener en cuenta que también es un servicio público y como tal tiene que ser eficiente y para poder saber si lo es hace falta hacer un control. No es lógico que en un mismo juzgado haya un juez que decide seis sentencias y otro magistrado que tenga que trabajar con cien sentencias, no puede ser que a uno le toquen las causas más difíciles y al otro las más fáciles, si bien las sentencias no se pueden medir en números, los controles cuantitativos hay que hacerlos de todas maneras.
Y en términos generales la palabra que resume los dichos de las personas que abordamos es “eficiencia”, y para afirmar eso mencionare a Richard A. Posner, economista y magistrado desde 1981 de la Corte Suprema de los Estados Unidos, que presidió de 1993 a 2000, cuando escribe que: “Un segundo significado de Justicia, el más común yo diría, es simplemente eficiencia”, es esta palabra la que marca la deficiencia del sistema judicial argentino, pero surge en esto un nuevo interrogante ¿la preocupación por la “crisis de la Justicia” es consecuencia de que no se dedican suficientes recursos públicos a la provisión de servicios de Justicia?. Se podría decir que no, la evolución del indicador del gasto público federal en Justicia respecto al PIB para la Argentina y Estados Unidos, muestra que el gasto de la Argentina es sistemáticamente superior al de Estados Unidos. Lo notable es que no se posee un gasto promedio por cada causa judicial a investigar, cuestión que en muchos puntos lleva a dudar del mal manejo de los fondos otorgados para la investigación, que es justamente el punto más flojo de todos los procesos judiciales.
En Argentina, sólo 66 por ciento de los casos iniciados son resueltos y se supone que los casos en trámite iníciales tienen un promedio de duración de dos años. Los casos iníciales que no se resuelvan en el año en que se inician pasarán a formar parte de los en trámite, y se supone que lo harán con una duración promedio de seis meses. Por tanto, el exceso de demanda que implica la alta tasa de crecimiento de los casos en trámite es un importante impedimento, entre otros, a acceder a la Justicia y es una consecuencia directa de la ineficiencia de la gestión de los recursos públicos.
Todo esto es lo que conduce a ver de manera clara la relación que el Poder Judicial de la Nación tiene con los demás poderes, especialmente con el Poder Ejecutivo, la relación peligrosa que conduce a que la justicia sea para unos pocos, y que determinadas clases de la sociedad deje de creer en este servicio publico, y comience a hacer justicia “por mano propia”. Y también como los fondos destinados a la justicia son dilapidados en causas que no llevan al caso de este análisis, pero cabe preguntarse una y otra vez ¿Por qué contando el Poder Judicial con fondos superiores a los utilizados, los procesos son tan complicados, y los Tribunales están repletos de causas sin resolver? Hay dos posibilidades claras, o bien el dinero que el Gobierno otorga a la Justicia es desviado a fondos personales, o se genera un total descontrol de los mismos.
Claramente las causas judiciales, ya sean asesinatos, robos, secuestros, coimas, etc. son investigadas de forma leve, y resueltas en muchos casos según la posición económica de los imputados, pero así también se ejerce una fuerte presión de la prensa y de los casos que ella propone como noticia, que llevan a la opinión publica a replantearse el accionar de la justicia.
La justicia de opinión que se atribuyen los medios y que el público demanda, sin la debida protección de los derechos individuales, se difunde cada vez más. Los espacios institucionales vacantes o ineficientes, se ocupan de manera informal e imperfectamente.
La lucha por la justicia, la lucha por el derecho hoy parece que es una cuestión muy relevante, las normas modifican las preferencias y aseguran las expectativas, en estas condiciones creo que hoy la lucha por el derecho y la vigencia de la ley es una alternativa válida para los que quieren una sociedad más equitativa, igualitaria y más justa.
Pero la alternativa debe darse consiguiendo que el Ejecutivo deje de presionar al Poder Judicial que se ve abarrotado de opiniones y decisiones que ya no pasan por sus manos sino por la elección de los altos funcionarios.
Por estas razones es que el rio suena cuando el Presidente decide candidatear a su esposa, Cristina Fernández de Kirchner para las elecciones presidenciales, porque Kirchner habla de "profundizar el cambio", y para eso si su mujer accede a la presidencia deberá otorgar la suficiente independencia a la Justicia que su marido no ha sabido otorgar en los últimos cuatro años.
La justicia sigue siendo un tema de análisis pero la única solución para que sea justa es independizarla del Poder Ejecutivo y ejercer desde el mismo Poder Judicial un correcto control de los fondos, para así agilizar las causas y conseguir una rápida justicia para todos.

Nueva huelga de Telefónicos

Lo decidieron hoy en reclamo de un aumento salarial del 25% que fue rechazado por la empresa.
Esto se suma a la medida de fuerza que ya realizaron semanas pasadas, por lo cual los servicios de atención al clientes se ven deshabilitados.
La empresa que domina gran parte de las comunicaciones en el territorios argentino debería replantearse el hecho de que las tarifas telefónicas suban constantemente, y que esta medida de fuerza que realizan los trabajadores esta en su sano derecho, pero que a la vez perjudica aún más al usuario que se ve desprotegido en un servicio que lo único que aporta son aumentos.

Rating del 9 de julio

Los mas vistos de la TV ayer lunes 9 de julio fueron:

ShowMatch

24.8

Telenoche

20.5

Son de Fierro

20.2

Noticiero Trece

20.0

Susana Gimenez

19.4

El Gran Juego: Gran Hermano Famosos


El juego sigue pero los jugadores, a manera de soldaditos de hierro, van cayendo uno por uno, y solo uno ganara el premio, y conseguira la gloria.
Gran Hermano Famosos continúa su ritmo, pero un integrante de la casa tuvo que acatar la decisión del público.
El famoso boxeador Jorge "El Roña" Castro obtuvo el 73,5% de los votos, y abandono el juego que entre armado y guionado va dejando un sabor amargo a sus televidentes.
Parece ser que la entrada del ex Gran Hermano 4, Diego Leonardi -marcado por haber estado en prisión durante varios años- cambio la idea del juego... No solo porque Diego Leonardi no es una personalidad famosa del tipo que estan dentro de la casa, sino porque en el ideario colectivo se marca muy bien la idea de que el ex presidiario fue colocado en ese lugar para ganar...
La idea no es para nada alocada, si pensamos que su presencia trae como resultado mas cantidad de votos, de personas que por la historia personal de Diego han apoyado su actuacion dentro de Gran Hermano; y así también un ahorro considerable de dinero que favorece a la producción y al jugador.
Habrá que ver que pasa en las próximas semanas, cuando "el público" le de el gran premio al mejor jugador, ¿o al que mejor dejen parado los videos?


La Salud no puede esperar











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Una enfermedad de complicados síntomas, y a cuyo servicio se encuentran también quienes luchan por la libertad sin tener un plan para salvarla. Y nadie hoy cuenta con un plan, sino los planificadores que cuentan con laboratorios y técnicos de todos los idiomas, credos y especialidades. Una enfermedad, como la denominó Karl Manneheim, una neurosis colectiva. Pues si antes, para someter al hombre, era preciso vencerlo, hoy basta con enfermarlo.
Ezequiel Martínez Estrada
Cuadrante del Pampero
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No resulta lógico estar sentado en la guardia de un hospital público durante horas para ser atendido.Pero resulta mucho menos lógico que ese paciente, y debemos pensar en una inmensa paciencia y en una perfecta utilización de esa palabra, se retire del hospital sin tener una solución a su dolencia, simplemente porque el hospital no posee ni instrumentos, ni medicamentos.Pero lo más ilógico es que el Gobierno nacional o provincial, según la jurisdicción de cada nosocomio, gaste alrededor de 2.000 millones de pesos anuales en sanidad, cuando la atención es pésima y el aparato de salud publica parece estar desmantelándose.Hora y media, dos, tres y hasta cuatro horas por un servicio que debería ser primordial y que pasa a ser deprimente y hasta mortal.¿Qué pasa con la salud pública?Hay que tener en cuenta que el hospital publico debería dar asistencia a toda aquella persona que necesitara de él, en forma fluida, en cualquier horario, bajo cualquier circunstancia y condición social.Como ejemplo cercano, tenemos al Hospital Interzonal General de Agudos, Oscar E. Alende (H.I.G.A), es un hospital que depende de la provincia de Buenos Aires, y que atiende las necesidades de 16 distritos, en este caso a personas mayores de 15 años, y que es acompañado por el Hospital Interzonal Especializado Materno Infantil (H.I.E.M.I), ambos son centros de alta complejidad. A diferencia de otras ciudades, Mar del Plata no cuenta con un hospital municipal que debería brindar atención primaria, pero si tiene 27 salitas municipales y postas sanitarias para ofrecer prevención y tratamiento de baja complejidad.Recorrer la guardia del H.I.G.A nos lleva a ver problemas de todos los tipos, quizá es el lugar mas adecuado para ver la realidad social que esta atravesando el país. Pero además la crisis se ve hasta en las paredes del hospital, precariedad por donde se lo mire, y además de eso salas de espera abarrotadas de gente esperando ser atendidas, con la deficiencia de que por cuestiones presupuestarias las guardias no se cumplen como se deben (el hospital debe contar las 24 horas con 4 médicos clínicos, 3 cirujanos, 2 traumatólogos, 1 ginecólogo, 1 neurocirujano y la colaboración de los médicos residentes), y es esto lo que genera las demoras, pero también se suma el hecho de que al entrar a un consultorio los instrumentos no están, los médicos no tienen guantes, ni jeringas, ni lectores de radiografías, no poseen los elementos necesarios para brindar una atención correcta a las personas que lo requieren.La crisis pone en el tapete dos opiniones que pesan de maneras muy distintas: por un lado, la necesidad de los médicos y personal no profesional de llegar a un paro para mejorar sus salarios que no cubren la canasta básica, y un pedido expreso de instrumentos para poder ejercer de forma correcta sus actividades. Pero también la opinión general de que dejar de atender a la gente es ocasionarles la muerte. Recorrer los pasillos de cualquier hospital provincial nos da las respuestas. El compromiso tanto del personal medico como no medico con la actividad es muy grande, como en todos los casos hay médicos buenos y otros no tanto, pero el desempeño en cada uno de los nosocomios es el correcto.¿Cómo, cuando y porque comienza la crisis sanitaria?La crisis, que empieza a generarse hace alrededor de 17 años, es producto de decisiones políticas que implican el desfinanciamiento de la salud pública a partir del corte progresivo de los presupuestos sanitarios. Esta situación es parte de una política de estado que tiene que ver con los lineamientos dictados por los organismos internacionales (Banco Mundial, FMI) que exigen el achicamiento general de gastos en salud, vivienda, educación, planes sociales y que ejecutan los gobiernos de la ciudad y de la Nación.Se ha establecido una política sanitaria de desregulación, liberación de precios y ley de patentes, impuesta por la presión de los grandes laboratorios internacionales. También impusieron el gerenciamiento de la salud pública con vías a privatizarla, la liquidación de las obras sociales como medicina solidaria; el establecimiento, a expensas de la solidaridad, de la prestación médica obligatoria, y la liquidación de la prestación médica obligatoria por una prestación mínima obligatoria.Durante los años 90, se han privatizado las asistencias de todos los servicios hospitalarios, se han pagado cifras incalculables por equipos que en muchos casos no funcionaban, se han realizado procedimientos imprecisos de laboratorios, se han duplicado facturas, se han establecido todo tipo de relaciones que han colocado la impunidad en los rincones de los hospitales.No creo que sea necesario discutir el saber y el compromiso de los médicos, enfermeros, y asistentes de ningún hospital publico; lo que si hay que discutir es a aquellos que usaron los presupuestos para hacer de ellos patrimonios propios y así acompañados con la increíble impunidad de los gobiernos de turno llevar al hospital publico a la decadencia y la penosa realidad de hoy.


Bienvenidos

Bienvenidos!
Se me ocurrio abrir este blog para poder publicar los textos que, en este camino de intentar ser y sentirme periodista, escribo... Ya sea para la facultad o por propio gozo de escribir...
Temas?? No se... el que se me ocurra en el momento de escribir... actualidad supongo!
Simplemente eso... una forma de expresar mis ideas pensando periodisticamente!
Saludos!
Vicky Oholeguy!*