martes, 10 de julio de 2007

La Salud no puede esperar











______________________________________________________________________
Una enfermedad de complicados síntomas, y a cuyo servicio se encuentran también quienes luchan por la libertad sin tener un plan para salvarla. Y nadie hoy cuenta con un plan, sino los planificadores que cuentan con laboratorios y técnicos de todos los idiomas, credos y especialidades. Una enfermedad, como la denominó Karl Manneheim, una neurosis colectiva. Pues si antes, para someter al hombre, era preciso vencerlo, hoy basta con enfermarlo.
Ezequiel Martínez Estrada
Cuadrante del Pampero
__________________________________________________________________________________________________________________________




No resulta lógico estar sentado en la guardia de un hospital público durante horas para ser atendido.Pero resulta mucho menos lógico que ese paciente, y debemos pensar en una inmensa paciencia y en una perfecta utilización de esa palabra, se retire del hospital sin tener una solución a su dolencia, simplemente porque el hospital no posee ni instrumentos, ni medicamentos.Pero lo más ilógico es que el Gobierno nacional o provincial, según la jurisdicción de cada nosocomio, gaste alrededor de 2.000 millones de pesos anuales en sanidad, cuando la atención es pésima y el aparato de salud publica parece estar desmantelándose.Hora y media, dos, tres y hasta cuatro horas por un servicio que debería ser primordial y que pasa a ser deprimente y hasta mortal.¿Qué pasa con la salud pública?Hay que tener en cuenta que el hospital publico debería dar asistencia a toda aquella persona que necesitara de él, en forma fluida, en cualquier horario, bajo cualquier circunstancia y condición social.Como ejemplo cercano, tenemos al Hospital Interzonal General de Agudos, Oscar E. Alende (H.I.G.A), es un hospital que depende de la provincia de Buenos Aires, y que atiende las necesidades de 16 distritos, en este caso a personas mayores de 15 años, y que es acompañado por el Hospital Interzonal Especializado Materno Infantil (H.I.E.M.I), ambos son centros de alta complejidad. A diferencia de otras ciudades, Mar del Plata no cuenta con un hospital municipal que debería brindar atención primaria, pero si tiene 27 salitas municipales y postas sanitarias para ofrecer prevención y tratamiento de baja complejidad.Recorrer la guardia del H.I.G.A nos lleva a ver problemas de todos los tipos, quizá es el lugar mas adecuado para ver la realidad social que esta atravesando el país. Pero además la crisis se ve hasta en las paredes del hospital, precariedad por donde se lo mire, y además de eso salas de espera abarrotadas de gente esperando ser atendidas, con la deficiencia de que por cuestiones presupuestarias las guardias no se cumplen como se deben (el hospital debe contar las 24 horas con 4 médicos clínicos, 3 cirujanos, 2 traumatólogos, 1 ginecólogo, 1 neurocirujano y la colaboración de los médicos residentes), y es esto lo que genera las demoras, pero también se suma el hecho de que al entrar a un consultorio los instrumentos no están, los médicos no tienen guantes, ni jeringas, ni lectores de radiografías, no poseen los elementos necesarios para brindar una atención correcta a las personas que lo requieren.La crisis pone en el tapete dos opiniones que pesan de maneras muy distintas: por un lado, la necesidad de los médicos y personal no profesional de llegar a un paro para mejorar sus salarios que no cubren la canasta básica, y un pedido expreso de instrumentos para poder ejercer de forma correcta sus actividades. Pero también la opinión general de que dejar de atender a la gente es ocasionarles la muerte. Recorrer los pasillos de cualquier hospital provincial nos da las respuestas. El compromiso tanto del personal medico como no medico con la actividad es muy grande, como en todos los casos hay médicos buenos y otros no tanto, pero el desempeño en cada uno de los nosocomios es el correcto.¿Cómo, cuando y porque comienza la crisis sanitaria?La crisis, que empieza a generarse hace alrededor de 17 años, es producto de decisiones políticas que implican el desfinanciamiento de la salud pública a partir del corte progresivo de los presupuestos sanitarios. Esta situación es parte de una política de estado que tiene que ver con los lineamientos dictados por los organismos internacionales (Banco Mundial, FMI) que exigen el achicamiento general de gastos en salud, vivienda, educación, planes sociales y que ejecutan los gobiernos de la ciudad y de la Nación.Se ha establecido una política sanitaria de desregulación, liberación de precios y ley de patentes, impuesta por la presión de los grandes laboratorios internacionales. También impusieron el gerenciamiento de la salud pública con vías a privatizarla, la liquidación de las obras sociales como medicina solidaria; el establecimiento, a expensas de la solidaridad, de la prestación médica obligatoria, y la liquidación de la prestación médica obligatoria por una prestación mínima obligatoria.Durante los años 90, se han privatizado las asistencias de todos los servicios hospitalarios, se han pagado cifras incalculables por equipos que en muchos casos no funcionaban, se han realizado procedimientos imprecisos de laboratorios, se han duplicado facturas, se han establecido todo tipo de relaciones que han colocado la impunidad en los rincones de los hospitales.No creo que sea necesario discutir el saber y el compromiso de los médicos, enfermeros, y asistentes de ningún hospital publico; lo que si hay que discutir es a aquellos que usaron los presupuestos para hacer de ellos patrimonios propios y así acompañados con la increíble impunidad de los gobiernos de turno llevar al hospital publico a la decadencia y la penosa realidad de hoy.


No hay comentarios: